Entrevistador: Buenas tardes, abogado. A nombre del Comité de Evaluación del Poder Legislativo, le damos la bienvenida a esta entrevista. Por favor, indíquenos su nombre completo, el cargo al que aspira y su lugar de nacimiento.

Francisco Luna Jaime: Buenas tardes. Mi nombre es Francisco Luna Jaime, aspiro al cargo de ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y soy originario de la Ciudad de México.

Entrevistador: Muchas gracias. Abogado, ¿podría hablarnos de las implicaciones del caso Radilla Pacheco, en la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos contra México?

Francisco Luna Jaime: Perdón, licenciada, no lo ubico.

Entrevistador: Muy bien, cambiemos de pregunta. ¿Podría explicar en qué consistió la reforma constitucional al artículo primero en 2011 y cuáles fueron sus principales alcances?

Francisco Luna Jaime: Claro. La reforma de 2011 fue una transformación profunda en materia de derechos humanos. Aunque se enfocó en el artículo primero, en realidad abarcó varios aspectos del orden constitucional.

Primero, cambió la denominación de “garantías individuales” por “derechos humanos”. Esto fue clave, porque se reconocen como universales, es decir, aplicables a todas las personas sin distinción. Se introdujeron cuatro principios fundamentales:

Estos principios transformaron la forma en que se imparten sentencias y cómo deben defenderse los derechos.

Entrevistador: Muchas gracias. En materia de impartición de justicia, ¿por qué es importante juzgar con perspectiva de género?

Francisco Luna Jaime: La perspectiva de género implica juzgar con base en la equidad, no solo en la igualdad. Mientras que la igualdad otorga las mismas condiciones a todos, la equidad ajusta esas condiciones según las circunstancias de cada persona.

Hay una imagen que me gusta mucho: tres personas quieren ver un partido detrás de una barda. Si les damos a todos una caja de 30 cm (igualdad), el niño pequeño no verá nada. Pero si le damos al niño una caja más alta y al adulto una más baja (equidad), todos podrán ver.

En el derecho, esto significa que no podemos emitir sentencias iguales para todos. Debemos considerar las condiciones particulares de cada persona para garantizar justicia real.

Entrevistador: Gracias. Abogado, ¿cuál es su opinión jurídica sobre las suspensiones otorgadas por jueces de distrito contra la reforma constitucional y sobre el desacato del Comité del Poder Judicial?

Francisco Luna Jaime: Jurídicamente, las reformas constitucionales no pueden ser objeto de amparo ni de controversias constitucionales. Eso ya está previsto por la propia Constitución.

En mi opinión personal, como abogado y ciudadano, esta reforma era necesaria. La ciudadanía se siente muy alejada del Poder Judicial. Hay una desconexión total, incluso en el lenguaje de las sentencias, que no es accesible para la mayoría.

La reforma responde a un clamor social. Entiendo que el Poder Judicial quiera proteger su status quo, pero no comparto esa postura. Esta es una oportunidad histórica para que la ciudadanía se acerque a la justicia y tenga la posibilidad de elegir a sus juzgadores. Eso genera confianza y mejora la calidad del servicio.

Entrevistador: Gracias. ¿Qué significa, en su opinión, juzgar con perspectiva intercultural?

Francisco Luna Jaime: Significa reconocer que México es un país diverso. No se compone solo de la Ciudad de México o de un solo grupo social. Existen pueblos indígenas, comunidades afromexicanas, y múltiples culturas.

Más del 50% del territorio nacional está constituido por tierras ejidales, lo cual habla de esa diversidad. Al juzgar, debemos considerar las particularidades culturales de las personas involucradas. No se puede aplicar una misma lógica para todos; debemos adaptar nuestras resoluciones al contexto de cada comunidad.

Entrevistador: Gracias. Le quedan poco más de tres minutos para presentar sus propuestas para mejorar el sistema de impartición de justicia.

Francisco Luna Jaime: Como abogado del sector privado, he observado cómo el sistema judicial no presta un servicio adecuado. Al final del día, el acceso a la justicia es un servicio público, y actualmente no cumple con las expectativas de la ciudadanía.

Desde la práctica privada, uno está en contacto constante con la gente. Si no das un buen servicio, no te pagan. Ese contacto me ha enseñado que lo que la gente necesita es una justicia pronta, imparcial y eficaz.

Yo no provengo del Poder Judicial. No tengo vínculos con partidos ni con estructuras judiciales. Eso me permite tener una visión distinta, libre de las inercias que han perpetuado los problemas del sistema. Estoy convencido de que puedo contribuir a transparentar y renovar el servicio público de impartición de justicia.

Entrevistador: Muchas gracias por su participación. Le pedimos estar atento a las determinaciones de este comité.

Francisco Luna Jaime: Muchísimas gracias.